Sunday, September 24, 2006

Ya se vieron peces parecidos en otras historias

Era extraña, anormalmente perfecta: bella. Se paseaba por la vida creyéndose singular, pero yo conocía su falsedad, podía ver el hilo semitransparente de excremento que arrastraba y que nunca se separaba de su cuerpo. Era falsa... era yo.

Lo sano

¡Ay lo sano! ¡Cómo duele lo sano!
preferible morir de arponeadas de amor enfermizo
que vivir de la saludable infusión de la soledad.

Destiempo

Cuando por fin se cura
el herpes labial
y la mitomanía sentimental
ya es demasiado tarde.

No estás a salvo

"No estás a salvo". Por eso sales con tu trapito a limpiar tu coche rojo.

-Buenas tardes, señora.
-Maestra.
-Disculpe, maestra.

Adentro todo impecable. Afuera la impureza, la suciedad, las cuarentenas, las muertes, la sangre.

-¡La sangre! ¡No!... ¡Un sueño, sólo un sueño!

Ahora te levantas de la cama, te das una ducha bien caliente y te tallas con el estropajo, limpias el piso con cloro, lavas las sábanas, tiras toda la comida a la basura, lo desinfectas todo, sales con tu trapito a la calle y limpias tu coche rojo, rojo sangre.

La literatura y el otorrino

Y como si se hubieran puesto de acuerdo, los dos han logrado sacarme de mis casillas.
Una con su a) o su b)
su match box o match de box

y Otro con sus rino exploraciones, cultivos, biometrías
si-te-mueves-te-voy-a-picar--esa-sí-va-a-ser-una-razón-para-que-llores.

Quisiera ser un crío, berrear a moco suelto, poner de nervios al doctor, a la enfermera y a la mami.
Obligarlos a subir la voz hasta que el de la bata blanca me amarre a la tabla.

En este consultorio no hay paletita para las niñas bien portadas.

Monday, September 11, 2006

La misma relación de un niño con un algodón de azúcar: peligrosa y pegajosa pero ¡ah, qué dulce!

Mi primer encuentro con Rayuela ocurrió en un lugar de la Ibero del cual prefiero no acordarme, fue breve pues era préstamo bibliotecario.

Mi segundo encuentro ocurre años después, cenando un sandwich de pavo con puré en Sanborns con la sola compañía de mis papelosos amigos los libros.

Hasta ahora el reencuentro ha sido exitoso pues él, completamente imperturbado, comenzó la conversación con un "Sí" que sonaba a vieja charla por lo que supuse que los años intermedios entre un hojeo y otro significaron nada para él.

Ya en el segundo punto y aparte estaba criticando mi piyamismo (ah! porque para quien no lo sepa mis tarjetas de presentación ahora dicen: "Ursula Fuentesberain piyamista profesional", los pormenores del piyamismo son extensos por lo que explicarlos en este momento resultaría inoportuno) por lo que me quedó clarísimo que nos habíamos reencontrado justo en el momento preciso: unos segundos antes de caer en otra de mis ya habituales depresiones post-universidad-post-periodismo-post-europa.

¿Cuántos textos se hubieran salvado de la pedantería soporífera de haber acabado con un simple “y basta”?

¡Qué fácil sería todo si pudiera encontrarme a quien necesito agachada junto a un gato!

Donde el cielo vale más que la tierra… ese lugar existe en el Boulevard Jourdan y en la azotea de mi edificio en Lomas de Sotelo.

¿Cuál es tu signo? Preguntó la maestra-pseudo-cuentista a Alicia, la poeta. Virgo, respondió, mejor hubiera sido haber dicho “buscar es mi signo”.

¿Qué va a pasar con mis libros y los suyos cuando al fin estemos juntos? ¿Cuál ejemplar de Rayuela conservaremos? El suyo es de pasta dura, el mío es la edición económica. ¿Los acomodaremos uno junto al otro rotulados con nuestros nombres para llevárnoslos el día en que todo se vaya a la mierda? ¿O escogeremos el suyo y venderemos el mío en veinte pesos en La Lagunilla?

“… y sabiendo que como siempre me costaba mucho menos pensar que ser” porque cuando soy, no soy más que una empiyamada que huele a axilas y que ve televisión seis horas al día.

Por eso me convenzo de que la estupidez se llama tener tres lados y que sesenta y cuatro es un perro.

Monday, September 04, 2006

Pláticas de caníbales

-No es que no tenga dientes para masticar, es que no me quiero acabar toda la carne, si no ¿luego qué hago?

-Pues te comes tu pie, luego tu brazo y al final tu verga.

-Pero ¿para qué aplicar el autocanibalismo si existen seres bellos caminando por mi pradera?

la bonita letra "h"

primero mi hombro
luego mi hombre
¡ah! la bonita letra "h"
pero de mi himen no se habla,
mas bien se le rinde un minuto de silencio.

Una recién estrenada correctora de estilo

Mientras re(des)compongo las barrabasadas escritas por biólogos y ecologistas, los maldigo. Pues mientras ellos redactan sus gramáticamente incorrectas líneas sentados en dunas bañadas de sol o bajo la sombra de manglares refugio de cientos de criaturitas excelsas, yo hago lo propio enclaustrada en un departamento de Sotelo, con el suave arrullo de las mentadas de madre de los claxons microbuseros como acompañamiento.