Saturday, August 11, 2007

Aquí nomás, pelando cebollas

Si no vives algo digno de ser contado, cuenta algo digno de ser leido. Así lo dijo algún hombre que no fue Günter Grass.

Capa a capa, la cebolla cede, se revela. Me descubre de la mano de Günter, él en sus campos de papas y yo siguiendo a un circo por la calle o probándome el chaleco de tela roja que me electrizaba los rizos.

Mientras me auto-satisfago con estos fragmentos virtualeselectrónicosescritosalvuelo, me pregunto dos cosas: ¿llegarán a ver la luz bajo el cobijo de una casa suntuosa y editorial? ¿quiero que así sea?

El corazón del alcaucil

Si realmente sospecharas que esto puede no ser así, si realmente llegaras al corazón del alcaucil
Julio Cortázar, Rayuela

Las estrellas se habían acostado en el agua

él nadó y nadó

decidió no volver

seguir nadando

se detuvo

la espalda del mar le heló la sangre

volvió.

Comprendió su destino:

llegar siempre al centro de lo que amaba

devorarlo

y llorar su pérdida.