El corazón del alcaucil
Si realmente sospecharas que esto puede no ser así, si realmente llegaras al corazón del alcaucil
Julio Cortázar, Rayuela
Las estrellas se habían acostado en el agua
él nadó y nadó
decidió no volver
seguir nadando
se detuvo
la espalda del mar le heló la sangre
volvió.
Comprendió su destino:
llegar siempre al centro de lo que amaba
devorarlo
y llorar su pérdida.
1 Comments:
wow!
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