El mío

El mío: constante escribir

ciudad varillas ladrillos desnudos.

azul violeta josé josé.

sexo burbujear pensarlo.


Así como los proletarios protegen sus Chevys recién comprados de sus inclementes vecindarios, yo protejo lo poco que sé que tengo con un dejo de vergüenza.

Si mi cabeza tuviera luces serían intermitentes

Los que se han subido al coche conmigo, saben que soy tan mala conductora (he chocado siete veces) que debería de mantener prendidas mis intermitentes. Y de esta forma invitar a los automovilistas a mantener su distancia.

A veces pienso que mi cabeza debería de contar con un señalamiento parecido pues circula a tan altas velocidades que corre el peligro de cometer los más atroces atropellamientos.

Tarde de café

Tarde de café con la sola compañía de este libro ("América" de Norman Mailer). Recuento de los daños: una consulta financiera por parte de una pareja que a pesar de mis sospechas, no quería invitarme a hacer un threesome, y la caída de un hombre que tropezó con el banquito donde descansaban mis pies para que su amigo lo escusara diciendo "Es que se estaba postrando a tus pies".

El demonio que vive en mi hombro izquierdo

A las cuatro de la mañana, el demonio que vive en mi hombro izquierdo decidió que ya había dormido suficiente y que estaba hambriento (se alimenta de aspirinas y otros narcóticos).

Me despertó vociferante pellizcándome un nervio, al principio creí que si lo ignoraba se terminaría durmiendo pero el infame levantó aún más la voz y pellizcó con más ahinco.

No tuve más remedio que darle de comer dos blancas pastillas y mantenerlo calientito con una compresa hervida sobre mi hombro.

Ahora está somnoliento y tranquilo, como una cría que recién ha mamado, y yo, como toda madre abnegada, puedo regresar a la cama y tratar de dormir un poco antes de que mi vástago vuelva a despertar.

linaje

espora liviana de moral
promiscua y fecunda
lista para devorar a los bastardos que de su vientre nacen
hasta la llegada de la primogénita: una orquídea hermosa e inmortal.