Tortugas voladoras
Con cinturones y almohadas en la espalda
somos tortugas.
Mi padre amarra los caparazones
y desata la imaginación.
Escondidas tras puertas plegables
hasta que el asecho rinda frutos
y la víctima-padre sienta la furia
de las tortugas voladoras.
Una ronda despiadada de cosquillas
culmina con la muerte de la presa
o con el escape de una flatulencia paternal,
lo que suceda primero.
1 Comments:
Urs,
las editoras comen librosasi como los zaateros suelas, al menso verbales. Es grato volver a sber de ti, y es que leerte es lo mas grato de la noche, de un miercoles ocioso. Despues de todo, dios debe tener mascotas, incluso favoritas.
:) el anonimo
Post a Comment
<< Home